El Adviento es el camino, el tiempo que recorremos para llegar a la Navidad, y la brújula nos ayuda a encontrar la dirección correcta. En ese recorrido, vamos dejando nuestras huellas con la oración, solidaridad, el acompañamiento y la acogida a Jesús que va a nacer. En el Adviento, igual que en el resto del año litúrgico, nuestra vida se ve afectada en todas sus dimensiones: no solo cuando vamos a misa, o cuando estamos en casa, sino en nuestra relación con los demás, en nuestro trabajo… Los niños, actualmente, se dejan llevar por la euforia de la Navidad provocada por los mayores. Esta dinámica puede hacerles caminar paso a paso, hacia la Navidad, sin prisas, sin agobios, sin tantas luces artificiales. Cada semana en el aula:
Mover la flecha hacia el punto cardinal que corresponda.
Colorear la bombilla correspondiente al punto cardinal
Desenrollar una estela de la estrella. La primera es la de arriba.
Realizar la reflexión sobre cada punto cardinal en los Buenos Días